Está latiendo... Podés escucharlo?
Cuánto hace que late dentro de ese pecho?
Veinte años, treinta, cuarenta, setenta?
Veinte...
Se lo escucha fuerte y claro, tan fuerte, que no nos damos cuenta que exíste porque es la vida misma, la esencia de todo.
Treinta...
Empezando a escucharlo? a diferenciar sus latidos y sus silencios?
Cuarenta...
Disfrutando cada latido y cada silencio. Sabiéndonos dueñas de la música que emite, esa que nos hace reir, que nos hace bailar, amar, ser inmensamente bellas.
Setenta...
Apreciando los delicados tonos de cada silencio y deseando que sus intensidades nos hagan mecer en vuelos etéreos donde encontrarnos con otros corazones que nos cuenten historias, casi tan bellas, como las que nosotras mismas vivimos...
Corazón de mujer. Música que da ritmo a la vida. Destellos de suave luz ambarina, naranjas cálidos y azules de luna nueva. Fuego que se enciende cada mañana. Pan crujiente que se parte alimentando, tantas veces como sea necesario. Suave algodón o pétalo de rosa perfumado y áspera corteza que se endurece con el olvido...
Corazón de mujer. Vida. Sonrisas. Aliento. Brisa persistente de un atardecer que sabe cuándo dormirse sobre una luna redonda y blanca.
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