lunes, 6 de abril de 2009

ES MAGIA




Ah, la magia, la magia...

Entre tanto cuento que ando contando, me decidí y me llevé algunos incautos al arroyo a enseñarles algo de mi magia.

Cuál es mi magia?
Indudablemente, flores, vayas, hojas y yuyos de todo tipo son mi especialidad y salen de esa brujita divina que habita en mi...

Ser brujas hechas y derechas…Todas pasamos por un período de adaptación. Como los chicos en el jardín de infantes. Algunas lo hacen con sus respectivas madres, mientras van creciendo, y otras, totalmente alejadas para no potenciar sus poderes.Sería bueno, antes de transitar los caminos del “desasnarse”, pensar quienes irían hoy a la hoguera, de no haberse abolido la Inquisición.

· yo
· Muchas amigas…
· Rigoberta Menchú, por ser indígena… y no tener alma!!
· Mi tía Zulema, que salió con seis hombres y no se casó con ninguno.
· Mi tía Laura, porque tuvo un hijo, y tampoco se casó con ninguno…
· Mis amigas Caro y Vicky, o Marie y Vane, por estar de novias… entre ellas!!
. Nuevamente yo, por fabricar elixires afrodisíacos pecaminosos.
· Lucy que es budísta, o Marita que es atea.
· Y ni que hablar, de mi amiga Wen… que habla con los muertos!!
Alguien pensó, que seguramente, mujeres como nosotras, ya hubiéramos muerto sobre una pira de ardiente quebracho colorado, de no ser porque muchas otras mujeres, alguna vez fueron escuchadas??
Quise hacerles gráfica mi duda, porque pasaron muchos años para que yo misma comprendiera la carga espantosa que recae sobre la palabra bruja. Tan terrible ha sido el significado que le dio el hombre del medioevo, que hasta los hermanos Green y el dulce y encantador señor Disney… (que en hielo descanse…), osaron dibujarnos, darnos forma y figura, y entonces en el imaginario popular, Marie ya no tuvo su sedoso pelo rubio, sino crines de caballo batidas sin lavar desde los últimos tres años. Zulema, hermosa con su metro setenta escultural, pasó a tener doble joroba con tres dientes menos en su sonrisa. Lucy, no tocó más el piano porque sus uñas crecieron tanto, que ya no se lo permitieron… y yo, mejor asustarlos con la sorpresa. Y así nos llevaron primero, por el camino de la fealdad, que pronto, al doblar la colina, se encontró con el de la blasfemia y la maldad, y desde aquel tiempo, bruja, fue sinónimo de demonio, persecución, pecado, gula, canibalismo, herejía y perversión; en lugar de seguir siendo las mujeres sensibles que siempre supimos ser, soñar, hechizar, pensar, sentir y amar.
Por eso, cuando nos llamen brujas, preguntémonos cuán dignas somos de recibir ese apodo.

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