domingo, 9 de agosto de 2009

PAN DE MUJER




Elegimos hablar de las mujeres, con ellas.

No dejamos fuera de este diálogo a los hombres. La mejor forma de lograr armonía y crecimiento real, es aprender a “encontrarnos”, reconociendo en primer lugar nuestra forma y esencia de MUJERES.

Para esto, respetamos nuestros alquímicos procesos con toda la sabiduría que debemos recuperar, de siglos de pérdidas y discriminación; y dedicamos el trabajo, que realizamos entre todas, a aquellas otras mujeres: que padecen sufrimientos; a las que aún no despertaron y a las que se defienden todos los días; a las que aprendieron a pararse sobre sus dos pies; a las madres que lo han deseado por siempre y a las que no lo desearon nunca; a las que pueden decidir sobre sus cuerpos y sobre todo a las que no; y a los hombres que defienden nuestros derechos, sabiendo que, “siendo parte de la vida”, este barco, lo llevamos nosotras.

Deseamos vivir en armonía, en la sabiduría de comprendernos y accionar desde nuestro ser femenino, utilizando nuestras herramientas, nuestras intuiciones, nuestra posibilidad de gestar.

Deseamos ser dueñas de nuestro mañana.

Deseamos tener las mismas oportunidades que cualquier otro ser sobre esta tierra.

Deseamos enseñar y aprender.

Deseamos ser vistas como lo que somos. Sin ser juzgadas por muy femeninas o por poco; por decidir amar a otra mujer o por no amar a nadie; por realizarnos profesional, política o espiritualmente; por manejar una empresa o cuidar cotidianamente a nuestra familia; por ser estéticamente delicadas y bellas o por no serlo.