miércoles, 29 de abril de 2009

DAR A LUZ


por Marumaar.


Pareciera ser, desde el génesis bíblico, que la noche precede al día. Que la luz nace casi por necesidad, de la oscuridad.
Psique ya no habita la noche, es la Noche que pare.
Nuestra mujer interior ha salido a buscar, entrando al jardín, buceando las profundidades. Ha hallado su Apolo y su Eros, y como consecuencia natural, da a luz.
La fuerza motora de Eros ha fecundado la tierra psíquica. Y desde las entrañas de su sombra, el Ánima ahora está lista para parir. El Ánima, nombre del latín para el alma, aquel componente femenino que nos habita, es la creadora universal.
Como si fuera un soplo de vida multiplicado, el alma colectiva, quizás noche compartida, nos mueve a crear. Cada obra creada es de alguna manera colectiva. Cuando nace al gran mundo, es de la humanidad la luz que la recibe. Y cada vez que Psique siente que algo le falta, prende el Deseo y la conduce a buscar.
Y luego de cada noche de hallazgo, llega un alba nueva, de frutos. Semilla, espacio, encuentro y caminos, muy probablemente sean compartidos. Pero el tránsito particular de este mito es íntimo y personal, como si albergáramos una Psique perennemente doncella en cada uno de nosotros.
(La obra que ilustra la nota es del artísta Dámaso Armijo)

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