LAS CUEVAS DE LAS MUJERES

A mi amiga Marú, la siento una mujer de luna, esas que son la esencia de lo femenino, de lo que gesta, de la fecundidad. Viven para crear y dar vida. Atraen, hacen subir las aguas, provocan mareas y muy pocos perciben que fueron ellas las que lo hicieron, tal vez, sólo los que saben ver la luna nueva…

Y si cada estrella no fuera un deseo cumplido?
Y si las nubes no fueran las ganas de amar acumuladas?
Y si los arcoiris no fueran un reflejo del alma?
Y si la luna no fuera un agujero por donde se van los malos pensamientos?
… que suerte que las cosas, siempre son de otra manera…
y sigo mirando las estrellas, cuando pido un deseo,
y junto todas mis ganas de amar y las mando al cielo como nubes de algodón,
y formo arcoiris de cien colores para verme a mi misma,
y busco la luna… cuando el pensamiento me distrae de mis más profundos amores…

Ella, está lista. Su vientre lo está esperando y ella está preparando esa otra cueva que tenemos las mujeres, tan unida a la del corazón. Pienso, indefectiblemente, en dos cosas, cuál es la magia que existe entre ambas cuevas, para que una sepa cuando la otra está lista… y además pienso, en mi propia maternidad, como una de las cosas más maravillosas que le ocurrió a mi alma. Cómo supe cuál era el momento, a pesar de que era muy joven, no lo dudé un solo momento. Fue implacable, fue maravillosamente sensible con mi tiempo, e hizo que mágicamente, corazón y matriz estuvieran preparados con cada una de sus células, desde lo físico, para que el Universo todo, pusiera su Dedo sobre mi.
No importa qué esté ocurriendo desde el afuera, cuando el alma decide que ya es tiempo, lo es.
Tal vez, el alma se expande hasta esa matriz mágica que todas tenemos y establece un hilo de oro entre ella y el corazón para saber que todo está listo. Y no hablo de que no haya inseguridades y miedos…, eso nos hace conscientes de lo que está por venir y es la forma de preparar ese templo de mujer para que todo esté listo al momento de la llegada de un alma nueva, “recuperada”, para este planeta… imaginen ese bello momento en que vuestra alma, abraza a esa otra, en un abrazo cálido y brillante para contar los secretos necesarios para sus primeros pasos en este mundo humano increíblemente intrépido para las almas recién llegadas.
Amiga, muchos son los signos que leo al verte feliz y embarazada…
No pienses en ello, sentílo, hablale a esa nueva alma que busca un corazón y una matriz para llegar aquí, para ser uno más… para ser uno, una nueva luz, que aumente ese brillo indiscutible que debe verse desde lejos, como dijera Galeano… “ese montón de pequeños fueguitos, que se ve cuando uno se aleja del planeta Tierra”…