miércoles, 29 de abril de 2009

EL AGUA Y LO FEMENINO




Una tarde se me ocurrió que también existían las MUJERES DE AGUA, mientras pensaba en dos amigas absolutamente diferentes, una es Roxana. Me resulta muy difícil hablar de ella, ya que es mi hermana de esta y de otras vidas y nos parecemos demaciado y nada...

Les conté sobre las mujeres de agua?
Esas, que se cuelan entre los dedos... las que todo lo llenan, y en un segundo desaparecen para volver a aparecer plenas, en otro lejano lugar... cubiertas con otra piel.

Son las que en un segundo, inundan, sin que nos hallamos dado cuenta cómo es que ese agua llegó hasta allí. Las mansas y brillantes como el sol que se deposita en el estanque..., y las iracundas como un tsunami, que sabe que luego, se aquietará.




El agua que orada la piedra, es mi propio pensamiento.
El río que alimenta el mar, es la nada y es el mar.
El mar inmenso que me empequeñece, es la vida que aún no descubro.
El estanque que me aquieta, es un atardecer sereno.
Las lágrimas que ruedan, que explotan, que no controlo,
son mi ser, mi sal, mi esencia.
El agua que orada la piedra, son mis lágrimas.
Todas ellas juntas… que terminarán en el mar, en el río,
en el estanque, aquietándose…
afortunadamente, en un atardecer sereno.

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