Cómo pueden aún algunas mujeres dudar sobre su Gracia, su innegable fortaleza… habiendo sido elegidas para el arribo de cada alma que quiere convertirse nuevamente en humano para seguir adelante con este extraño experimento que somos nosotros, luces, que quieren encarnar para volver … seguir, seguir y seguir siendo luz.
Y me pregunto, además, cómo algunas mujeres pueden haber olvidado su mágica sabiduría?
Esa, que viene de tan lejos y de tan cerca, ésa, que nos habilita a reconocer en cada planta el remedio para un dolor, de muelas o del alma…
En lo personal, siento que he sido bendecida, no sólo con reconocer esa magia, sino con la posibilidad de expresarlo, de sacudir a otras mujeres, desde la palabra y volver a “amigarlas” con la sabiduría ancestral que culturas milenarias y no tanto, han tenido siempre.
En lo personal, siento que he sido bendecida, no sólo con reconocer esa magia, sino con la posibilidad de expresarlo, de sacudir a otras mujeres, desde la palabra y volver a “amigarlas” con la sabiduría ancestral que culturas milenarias y no tanto, han tenido siempre.
Que abuela, no nos ha dicho, “curá esa herida con azúcar”… “tilo para tanta excitación”… “lavanda, para mejorar el sueño”… “pedíle al ángel de la guarda”…
y qué pasó? es que no le dimos valor a esas enseñanzas? es que no reconocemos allí la sabiduría que cada mujer trasmite a otra mujer?
Mujeres, diosas, brujas, hechiceras, ángeles… no importa en cuál de estas palabras nos encontremos retratadas. Somos, como una receta perfecta… no por la “perfección” misma, … hablo del pan simple y delicioso, que llevando ingredientes rústicos, sencillos, elementales, necesita de la magia del amasado de unas manos firmes y cálidas, del fuego que luego lo cocinará… de esa perfección.
Supongamos…, 500gr de mujer, 150gr de diosas, 50gr de bruja, 200gr de hechiceras y 100gr de ángeles, moldeados desde aquella matriz, iluminados por todo el Universo y cocinados en el horno de cualquier pequeña o gran mujer.
y qué pasó? es que no le dimos valor a esas enseñanzas? es que no reconocemos allí la sabiduría que cada mujer trasmite a otra mujer?
Mujeres, diosas, brujas, hechiceras, ángeles… no importa en cuál de estas palabras nos encontremos retratadas. Somos, como una receta perfecta… no por la “perfección” misma, … hablo del pan simple y delicioso, que llevando ingredientes rústicos, sencillos, elementales, necesita de la magia del amasado de unas manos firmes y cálidas, del fuego que luego lo cocinará… de esa perfección.
Supongamos…, 500gr de mujer, 150gr de diosas, 50gr de bruja, 200gr de hechiceras y 100gr de ángeles, moldeados desde aquella matriz, iluminados por todo el Universo y cocinados en el horno de cualquier pequeña o gran mujer.
Quién no se anima a pensarse como una alquímica receta que nos dio esta forma bellamente humana que hoy nos contiene?
Las y los invito a transitar el camino de observar la magia, como nunca antes lo han hecho.
Somos eso, luz, magia, Divina creación que vuelve a crear... en armonía y alegría.
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